Mientras la prensa general destaca que al Canario le empataron en el descuento nuevamente (sufrió lo mismo con Morón la semana pasada), o subrayan la particularidad de esa situación que no se da tan a menudo, de terminar un partido con un penal, con el famoso "patea y se termina"...
Mientras tanto, nosotros hacemos nuestra propia crónica periodística imaginaria, y nos confundimos, quizás, al festejar haberle empatado a Flandria.
Sin menospreciar al noble equipo de Jauregui, con quienes transitamos en paralelo gran parte de nuestra historia en el ascenso, nos sentimos algo avergonzados por el nivel de nuestros rivales, por sus canchas precarias y lejanas, por sus escasos logros cosechados y sus tibios desarrollos institucionales. Y encima de tener que enfrentarlos, nos superan, nos ganan y hasta nos humillan.
Esto somos hoy. Un equipo pobre, sin brillos ni proyección de recuperación.
Un Almagro 2010 obligado a festejar un punto arrebatado en el minuto 50 del segundo tiempo, a un humilde equipo del lejano oeste...