Quizás por ser parte de ellas…
(Vergüenza protagónica del que siempre escribe sobre los demás).
Finalmente nos convencimos, por creer que contarlo es enriquecedor.
Y porque no tiene nada de malo relatar una de esas vivencias tan particulares que se producen en la cancha.
Era el entretiempo de Almagro Español (Social, no Deportivo)
Platea local, domingo de sol.
Allí se encontraba este cronista dialogando con el jefe de prensa de la institución, el ya célebre e imponente, Rubén “Tanque” Rojas.
Fue entonces cuando se acercó el amigo Julián Romeo (hijo del dueño de ese apellido en Almagro, tan querido, como respetado y recordado).
Comenzamos a comentar la Asamblea que se había realizado el viernes anterior.
No hace falta detallar demasiado los comentarios de Julián para imaginar su contenido, y cuando esto sucedía, se sumó a la charla el Secretario del Club, Alberto Tenaglia.
Comenzó entonces un diálogo un poco más ácido.
Tenía frente a mí a tres tipos muy jóvenes y muy hinchas de Almagro.
Julián atacaba.
Alberto respondía solvente y cuestionaba al periodismo (estaba molesto con la crónica que este blog publicó sobre la Asamblea).
Quien escribe respondiendo en defensa de la libre expresión.
Y Rubén diplomático (fiel a su función) intentando mantener la armonía, cuando a los pocos minutos había crecido la tensión.
Dudábamos en publicar estas líneas, aunque finalmente no pudimos resistir la tentación de hacerlo.
Nuestra caballerosidad quedará reflejada en dejar fuera de la nota, todo lo dicho durante esos eternos 15 minutos.
Decidimos considerarlo “OFF DE RECORD”, que significa “información que nutre al periodista pero que se compromete a no publicar”.
Por suerte el segundo tiempo comenzó rápido, y el partido terminó disuadiendo la improvisada compulsa retórica.
De allí nació una idea que pronto materializaremos.
Se le ofreció a Alberto Tenaglia, la posibilidad de manifestar su opinión en este sitio.
El dirigente aceptó la propuesta y en los próximos días publicaremos la entrevista.
Más allá del hecho periodístico, quedó en mí una gratificante sensación, tras ese encuentro fuera de agenda, que se dio cuando cuatro tipos que no superamos los 40 años, dedicamos un entretiempo, a discutir el presente de nuestro amado (y casi centenario) Almagro.
