Almagro 1 – Villa San Carlos 0
Con lo justo, sin sobrarle nada, pidiendo la hora, el tricolor ganó uno a cero con gol de Germán Lannaro a los 24 minutos del primer tiempo. Sin Rizzi en el banco, atajó Coloca, debutó el pibe Nicolás Arrechea, la figura fue Madrid y Diego Figueroa cumplió doscientos partidos con la camiseta de Almagro.
Uno de los axiomas del fútbol es “se juega como se vive” y esta tarde Almagro cumplió claramente con el mismo. Sufriendo, con la soga al cuello, como lo son todos los días en el club, el tricolor ganó un partido muy complicado.
Luego de la goleada recibida la semana pasada y la seguidilla de empates, esta tarde había que ganar y se ganó, sin dudas eso fue lo más importante. Pero como en la vida de Almagro nada es sencillo, el plantel tuvo que afrontar un contratiempo inesperado; que en la noche previa del partido su DT, Mario Rizzi, sufra una afección renal y tenga que quedar internado en el hospital. Sin el DT en el banco el tricolor, con jugadores lesionados y suspendidos, salió a la cancha con muchos cambios y con tres pibes del club entre los once titulares, un aspecto muy positivo para el futuro del club.
El primer equipo que dispuso el “tano” Jorge Isamac, ayudante de campo, fue con: Matías Coloca; Nicolás Arrechea, Matías Palavecino y Germán Lannaro; Marcelo Burzac, Martín Madrid, Germán Livramento y Humberto Vega; Diego Figueroa; Santiago Kazburg y Juan Gómez.
El primer tiempo fue muy trabado en la mitad de cancha pero con un superior dominio del local con Figueroa asociándose muy bien con Burzac y con el mono Madrid, que estrelló un tiro en el palo, siendo esta la jugada mas peligrosa hasta la llegada del gol de cabeza de Lannaro a los 24’, tras la salida de un corner. A partir de allí a aguantar y a esperar.
La segunda mitad fue muy parecido al final del primer tiempo, Almagro retrasado y esperando las contras manejadas por Madrid y Figueroa. Villa San Carlos, con dos nueves muy altos apostó al pelotazo hacia ellos, cosa que complicó demasiado y mucho más después de la irresponsable expulsión de Gómez, luego de pegarle un codazo al rival.
Y bueno… pidiendo la hora, llegó el final del partido, el puño apretado y el grito de festejo/descarga de todos los presentes fue la señal de la alegría y de que la realidad del equipo es luchar contra las adversidades para ganar, igual a un día en el club a nivel institucional.
Con lo justo, sin sobrarle nada, pidiendo la hora, el tricolor ganó uno a cero con gol de Germán Lannaro a los 24 minutos del primer tiempo. Sin Rizzi en el banco, atajó Coloca, debutó el pibe Nicolás Arrechea, la figura fue Madrid y Diego Figueroa cumplió doscientos partidos con la camiseta de Almagro.
Uno de los axiomas del fútbol es “se juega como se vive” y esta tarde Almagro cumplió claramente con el mismo. Sufriendo, con la soga al cuello, como lo son todos los días en el club, el tricolor ganó un partido muy complicado.
Luego de la goleada recibida la semana pasada y la seguidilla de empates, esta tarde había que ganar y se ganó, sin dudas eso fue lo más importante. Pero como en la vida de Almagro nada es sencillo, el plantel tuvo que afrontar un contratiempo inesperado; que en la noche previa del partido su DT, Mario Rizzi, sufra una afección renal y tenga que quedar internado en el hospital. Sin el DT en el banco el tricolor, con jugadores lesionados y suspendidos, salió a la cancha con muchos cambios y con tres pibes del club entre los once titulares, un aspecto muy positivo para el futuro del club.
El primer equipo que dispuso el “tano” Jorge Isamac, ayudante de campo, fue con: Matías Coloca; Nicolás Arrechea, Matías Palavecino y Germán Lannaro; Marcelo Burzac, Martín Madrid, Germán Livramento y Humberto Vega; Diego Figueroa; Santiago Kazburg y Juan Gómez.
El primer tiempo fue muy trabado en la mitad de cancha pero con un superior dominio del local con Figueroa asociándose muy bien con Burzac y con el mono Madrid, que estrelló un tiro en el palo, siendo esta la jugada mas peligrosa hasta la llegada del gol de cabeza de Lannaro a los 24’, tras la salida de un corner. A partir de allí a aguantar y a esperar.
La segunda mitad fue muy parecido al final del primer tiempo, Almagro retrasado y esperando las contras manejadas por Madrid y Figueroa. Villa San Carlos, con dos nueves muy altos apostó al pelotazo hacia ellos, cosa que complicó demasiado y mucho más después de la irresponsable expulsión de Gómez, luego de pegarle un codazo al rival.
Y bueno… pidiendo la hora, llegó el final del partido, el puño apretado y el grito de festejo/descarga de todos los presentes fue la señal de la alegría y de que la realidad del equipo es luchar contra las adversidades para ganar, igual a un día en el club a nivel institucional.