El mal resultado del domingo no debe ocultar el buen rendimiento que tuvo Sinisterra, especialmente en el primer tiempo.
Si bien, como todo Almagro, en la segunda etapa bajó su nivel, no puede negarse el esfuerzo físico y la entrega. Brahaman dio órdenes a sus compañeros, relevó a Iglesias retrocediendo, se metió en el medio cuando se iba Farías y quedó junto al último defensor en los ataques de pelota parada.Pasó al ataque, se asoció con Pérez, tiro centros con su típica rosca venenosa. Fue intermediario del técnico transmitiéndole conceptos a todos.
Se acercaba a Mendez y el DT le explicaba al oido para que le llevara mensajes a sus compañeros: "que Siugo no enganchara y tirara el centro", "que Vega abriera la cancha", etc.
Además logró la expulsión de Ramos, cuando después de varias pelotas disputadas con mucha violencia, le quedó dividida y puso la pierna con todo pero limpia, a diferencia del jugador de Lamadrid que levantó el botín golpeándolo cerca de la rodilla. Nuestro querido negrito, cambió la velocidad del 2000 por inteligencia, volcando toda su experiencia en favor del tricolor.
Nos parecía justo destacar su actuación, quizás opacada por el flojo rendimiento general. Bien por Brahaman.