Así define el diccionario a la palabra “fenómeno”, y se aplica perfectamente al momento que vive Almagro.
Los hinchas del tricolor, tenemos dos maneras de reconocer y certificar este estado.
No solo lo sabemos al analizar de objetivamente.
Los números demuestran claramente cual fue el camino para llegar a esto que llamamos “fenómeno”.
Nosotros contamos además con la posibilidad de realizar una mirada subjetiva.
Recorriendo nuestra reciente historia podemos reconocer claramente este momento.
Básicamente porque ya pasamos por aquí.
Al igual que en aquellos otros “Fenómenos” se dieron algunas condiciones que hoy se repiten.
Equipos que resurgen de una crisis.
Jugadores que no jugaban y se hacen dueños indiscutidos de su puesto.
Formaciones que no se modificaban fecha a fecha, para que luego “salga de memoria”.
Pasar de no jugar a nada a encontrar una identidad futbolística.
Y sumado a todo esto: un aire contagioso de éxito empieza a gobernar todos los espacios.
Entonces la tribuna pasa del fastidio al aliento y los escalones se empiezan a poblar.
Vuelven aquellos que habían desertado, y en las gradas se pueden ver los abrazos de los reencuentros, incluida la folclórica sospecha manifestada como interrogante: “Uh… Mirá quien volvió…. ¿No será mufa?”.
Los problemas domésticos quedan de lado, las diferencias políticas coyunturales pierden valor, el detractor se guarda o se convierte y el de turno saca pecho.
Los periodistas que cubren primera hablan de nosotros, aprovechando para presumir que están informados de todas las categorías.
Empiezan a salir las que no salían y hasta los “pitos” parece que ayudan.
En el laburo hasta aquellos que subestiman la pasión del ascenso te comentan algo sobre tu querido Almagro.
Una confabulación divina, alineación de los planetas, energía que se multiplica positiva, y la sensación que todo va tomando color, abandonando lo mustio y pálido, conquistando brillo e intensidad.
Todo esto nos pasó tres o cuatro veces en los últimos 15 años.
Por eso sabemos reconocer claramente estos estados.
En aquellas oportunidades ese marco general del que hablamos nos condujo al éxito y la conquista.
Ojalá la lógica se imponga y el fenómeno se repita.