Almagro sigue
priorizando lo económico.
Fiel a su
conducta, esta dirigencia continúa religiosamente cuidándose para no salir del
presupuesto.
Las contrataciones
realizadas tienen mucho de apuesta, ingenio, expectativa y no tanto de
espectacularidad.
Lo que hasta
hace un tiempo era inédito en Almagro, como
conservar una base de jugadores propios, ya ex juveniles, en este ciclo se
repite.
La ventaja
es que A Schunke o Quiroz, por ejemplo, ya no hay que hacerlos madurar y al
puñado de jugadores “de la casa” que siguen les resultará natural la
continuidad y contagiarán el cluima a los nuevos.
Los buenos
resultados obtenidos en el último campeonato, antecedidos por otra campaña que
había superado a la anterior, permiten confiar en que el rumbo es el correcto.
Los riesgos,
no obstante, están a la vista.
Podría
suceder que estos jugadores “especiales” que provienen de equipos periféricos,
o de categorías menores, o con poco rodaje en primera, o sin haber jugado con
continuidad el último año, nos sorprendan positivamente como todos esperamos o
que eso no pase nunca.
El que no
arriesga no gana y cerca de retirarse del mercado, Almagro dejó claro que
estilo de profesionales eligió para formar el nuevo equipo.
Un elemento
a evaluar a favor es que todas estas decisiones tienen el aval de Carlos Mayor,
un entrenador que ya demostró seriedad y eficacia a la hora de potenciar al
máximo a un grupo que estaba devaluado.
Aquí otra
ventaja, ahora cuenta con la posibilidad de comenzar el proceso de cero.
Desde que
Carinelli es presidente el equipo fue obteniendo año a año mejores resultados,
pero en esta oportunidad para seguir superándose, deberá obtener el ascenso.
Lo que no se
hace ahora, el momento de contratar, no se puede hacer después, por ello habrá que
ver si esta fórmula ofrece los réditos esperados, una vez que la redonda
empiece a rodar.