Almagro cierra uno de los peores años deportivos de su historia.
La obligación de mejorar en el 2015 se impone.
Todo resultado posible deberá superar al 2014 para no caer en una crisis.
Los dirigentes demostrarán con los refuerzos, su capacidad de negociación ante un escenario particular, producto de un mercado con jugadores con contratos vigentes.
Habrá que ver en que termina la situación de conflicto con los referentes, si finalmente se marchan a otros clubes, y si esto afecta de manera positiva como lo entienden los que impulsaron esta determinación.
Se podrá evaluar también la captación de recursos, la creatividad para acercar sponsors y apoyos económicos, y así poder agrandar el presupuesto.
Finarolli arrancará con crédito, renovado por el receso, pero habrá que ver como reaccionan los simpatizantes en caso de que los resultados positivos se demoren en llegar, o permanezcan esquivos.
Desde lo institucional la Comisión Directiva deberá demostrar si alcanza la solidez que le permita terminar de estabilizar el Club, tras el caótico final de la gestión anterior y el desprolijo traspaso de poder.
El recomienzo da siempre la posibilidad de limpiar, para que la esperanza se renueve.
El nuevo año está cerca, todos mantenemos intactos los deseos de éxito.
Todos estarán a prueba: si a los dirigentes, al cuerpo técnico y a los jugadores aprueban, la alegría será unánime.
