Pasaron 60 días desde el último 1-3.
Fue en casa, frente a Central Córdoba de Santiago del Estero el 10 de diciembre del 2018.Entre medio estuvo Navidad, Año nuevo, una gran pretemporada repleta de ensayos, partidos preparatorios con gran rendimiento, incorporaciones y grandes expectativas para el comienzo de la etapa final y el tercio final de fixture para transitar.
Foto: Lei Rajtman |
Pero esta vez dolió más.
¿Por qué?
Porque se perdió mal.
Porque se jugó mal.
Porque el equipo fue superado en todas sus líneas.
Porque el nuevo dibujo táctico duró solo un tiempo.
Porque los jugadores parecían perdidos, incómodos, nerviosos y hasta les costaba disimular las recriminaciones internas.
Es cierto que Platense tiene buenos jugadores y un DT al que conocemos bien por los éxitos cosechados dirigiendo al tricolor en el pasado reciente.
También es cierto que pegó en momentos claves del encuentro y eso lo ayudó a neutralizar cualquier intento de reacción de Almagro.
Ninguna de estas certezas atenúan el dolor de esta dura derrota.
Fueron dos minutos de gloria, solo eso.
Almagro salió encendido, presionando en todos los sectores, inquietando al local.
Pero duró solo eso: dos minutos.
Rápidamente Platense descubrió que por la izquierda de la defensa de Almagro se le abrían espacios, y por ahí apareció Gallegos (si Ezequiel otro ex Almagro) para rematar cruzado contra un palo y poner el 1-0.
Cuatro minutos más tarde apareció Susvielles de cabeza tras un corner para poner el 1-1 parcial.
Un cuarto de hora más tarde en una de las mil subidas del 4 Morgantini, obviamente por la izquierda de nuestra defensa, remató nuevamente desde afuera del área marcando el segundo, quedándonos la sensación de cierta responsabilidad de Ramirez que pareció sorprendido, mal ubicado y sin reacción.
A partir de entonces fue un monólogo del "Calamar" destacándose Lamberti (otro ex Almagro) como dueño del mediocampo y figura de la cancha.
En el segundo tiempo la dupla sacó a Puch y metió a Denis, corrigiendo el dibujo y parando un tradicional 4-3-3.
Cuando el equipo ni se había acomodado apareció Tarragona y desde fuera del área sacó una bolea ante la mirada congelada de los defensores de Almagro, ganándole al esforzado salto acrobático de Ramirez que se lesionó al caer, y convirtiendo el tercer gol que liquidó el partido cuando aún restaban jugarse 40 más el adicional del que no tenemos mucho para contar.
Con Calviño en la cancha, y el ingreso del "Burrito" Martinez a 12 del final se fueron consumiendo las últimas brasas de una tarde infernal.
Los resultados nos dejaron fuera de la zona de reducido, y salvo la buena reaparición de Susvielles como titular, peleando todas, aguantando, pivoteando y convirtiendo, no hay nada para celebrar.
"Es mejor que esto suceda ahora" nos decíamos al salir del "Ciudad de Vicente López", tal vez como consuelo, tal vez confiando en este equipo que conocemos y no se parece al que vimos hoy.