Fotos: Lei Rajtman |
Se reconocía hincha de Almagro y de Boca.
Y que el
homenaje a Marcelo Zlotowiazda haya llegado desde el Tricolor es todo un
símbolo de lo que él construyó en la vida.
Siempre fiel
sus principios, con espíritu crítico hacia el poder y del lado de los más
débiles.
No hubo lágrimas,
aunque la emoción desbordaba el pasillo previo a la cabina Nº 7 a la que desde
ahora y por siempre la llamaremos “la cabina de Zloto”.
Estaba toda su
familia presente, incluyendo a su madre, su esposa y sus dos hijas.
También
amigos, entre los que se destacaba el periodista Ernesto Tenembaum por ser “el
más famoso”, representantes de “La Poderosa” la organización social que edita
la revista “la Garganta Poderosa” con la que él colaboraba y el presidente de
Almagro Julián Romeo.
Las cálidas
palabras del vicepresidente Luciano Camiñas precedieron al descubrimiento de
una placa que identifica a la cabina de prensa y luego se abrió la puerta para
que todos ingresaran a ver un retrato del periodista luciendo la casaca
tricolor.
Finalmente
todos los participantes se movilizaron al sector de prensa para participar de
un lunch y para hacer entrega de una camiseta con el número 7 y la
identificación “ZLOTOWIAZDA” impresa en la espalda.
Nuevamente
la emoción envolvió a todos cuando, en medio de aplausos, una de una de sus
hijas se puso la camiseta.
Hubo un momento
para fotos, agradecimientos y charlas que se extendieron hasta que se escuchó
el silbato del árbitro que indicaba el reinicio del partido.
El acto
había concluido, la sensación de que estas acciones hacen grande al club
flotaba en el ambiente y se veía en las caras de satisfacción de los
dirigentes, especialmente en Jorge Pujadas, uno de los que más trabajó en
silencio para organizar el homenaje.
Todos
volvieron a la platea para ver el segundo tiempo del querido Almagro, apurando
el paso, ilusionados con goles y con ganas de alentar al tricolor, igual que
hubiera hecho el querido Zloto.