Claudio Tamburrini, haciendo un asadito con la tricolor puesta. |
Por: Juan Pablo Zumpano
Almagro tiene un héroe a quien aún no ha homenajeado como corresponde.
Su nombre es Claudio Tamburrini y tiene 67 años.
Si bien vive en Suecia, no se priva de hacer asados en la parrilla del fondo de su casa, con la camiseta tricolor puesta y recibiendo a sus amigos futboleros.
Aún observando con detenimiento la foto, el tipo parece estar en cualquier casa de Ciudadela, lugar donde nació, pero no: ese humo que sale por la chimenea sube hacia el cielo de Estocolmo.
Claudio fue arquero de la primera de Almagro en 1977 y cuatro días después de jugar un partido como titular, fue secuestrado a plena luz del día por un grupo de tareas de la Fuerza Aérea Argentina y estuvo cautivo durante 120 días en la Mansión Seré, donde fue sometido a vejámenes y torturas.
El 24 de marzo de 1978 logró huir del campo de concentración junto a otros tres prisioneros.
Se descolgó desde un balcón agarrado a una soga hecha con frazadas atadas y corrió desnudo por las calles para encontrar la libertad.
Su vida, cuenta, nunca volvió a ser la de antes.
No pudo volver al jugar al futbol en Argentina.
Se exilió en Suecia.
En 1985 regresó al país y declaró en el Juicio a las Juntas.
Volvió a Suecia y se doctoró en Filosofía.
Fue entonces cuando escribió Pase Libre .
NUEVA EDICIÓN: IMPRONTA ALMAGRENSE
La buena noticia es que el libro tendrá una cuarta edición, realizada por el Grupo Editorial Sur y que incorpora material fotográfico de Claudio Tamburrini, con el buzo de arquero defendiendo la valla tricolor.
Cuenta Claudio que esta última edición “es un enfoque nuevo, tiene una portada más futbolera, porque conjuga mis dos temas centrales: la actividad política junto con la actividad profesional como futbolista”.
Otra de las razones que motivó al autor almagrense a realizar esta nueva edición tiene que ver con que lo sorprendió que algunos argentinos, sin ser demasiado jóvenes y hasta algunos que orillan los 40 años, no conocieran detalles de los que vivió nuestro país durante la dictadura militar.
Consultado al respecto contó que “en el lanzamiento de esta cuarta edición hubo personas que se acercaron para enterarse de este libro cuando uno suponía que tendrían que saber lo que sucedió en esa época, con lo cual me reafirma la convicción de que no solo es necesaria, sino imprescindible, para seguir manteniendo esta discusión” y agregó que “yo lo presentaría como un testimonio, un relato continuamente necesario y recurrentemente necesario”.
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CLAUDIO, EL TRICOLOR Y EL FÚTBOL EN SUECIA
Tamburrini sigue los partidos de Almagro todas las semanas desde Estocolmo y asegura que “desearía verlo por tercera vez en la A, porque es un club que se merece estar en Primera División”.
Confiesa que su vínculo con el fútbol se ha mantenido intacto y siempre con la misma fuerza, como cuando comenzó a jugar en la adolescencia.
Explica que su relación con la redonda
“se interrumpió por razones obvias cuando me secuestraron y después no pude volver a jugar de forma publica”, pero ese no sería el final de su carrera ya que “después en Suecia retomé jugando para un equipo amateur, aunque abandoné a los 26 años, era joven pero el fútbol sueco no me ofrecía una estructura profesional satisfactoria, ni un nivel de entrenamiento interesante”.
TRIUNFO CON LANUS |
Lo cierto es que, fiel a su estilo, no se rindió y le encontró la vuelta para mantener viva su pasión “con el pasar de los años fundé un equipo de fútbol, junto con otros colegas, en el año 1999 y que aun se mantiene activo”
Cuenta que en ese equipo logró lo que siempre quiso: “comencé jugando como ha sido mi sueño, de mediocampista, como número 5 defensor, y después por necesidades del equipo pasé a jugar al arco,contra mi voluntad...”
Hace 8 años dejó la práctica activa del futbol y pasó a ser el DT del equipo, para después ocupar lugares de los más variados “en todos estos años fui desde tesorero hasta utilero del club”, y todo ese esfuerzo dio sus frutos que detalla sacando pecho: "hace menos de un año el equipo ascendió a la categoría superior del fútbol sueco, lugar donde se mantiene con dignidad y sin riesgos de descender”.
Hace 23 años que el club actúa en la liga del futbol de Estocolmo y se distingue por ser multinacional y multicultural y lo describe de la siguiente manera “su tronco principal está compuesto por suecos, pero hay jugadores de diversas nacionalidades ya que hemos incorporado refugiados que han llegado a Suecia, de Medio Oriente y de África, creando un clima especial y haciendo una experiencia muy bonita, porque cuando nos juntamos fuera de los partidos se percibe y palpita la diversidad de cultura”.
Hay vidas que parecen repetidas, simples y con diferentes grados de trascendencia, pero la vida de Claudio Tamburrini parece como su fueran muchas vidas encerradas en una sola persona.
Aún así la simpleza de este hincha de Almagro se puede sintetizar en esta confesión que lo define: “El fútbol es, más allá de la filosofía, el hilo conductor en mi vida”.