En medio de las turbulencias institucionales y el "comienzo oficial" del proceso electoral para el recambio de autoridades, parece quedar desapercibido el trabajo diario de Lucas Sparapani quien, junto a su cuerpo técnico, hace menos de dos meses se hizo cargo de un equipo en crisis que poco a poco empieza a mostrar gestos de recuperación. Aquí un análisis de la convivencia de estas dos realidades yuxtapuestas: ¿Cómo afecta el caos al trabajo del DT que quiere sacar adelante al Tricolor?
No lo estableció el Estatuto, sino el gol de Alejandro Gutiérrez, el marcador central de Gimnasia de Mendoza.
Simultáneamente al festejo del jugador visitante cambiaba "todo" el universo Tricolor.
Las buenas caras del entretiempo se habían escurrido y la bronca dio lugar a la catarsis.
En la popular, a un costado de la hinchada, nacieron los insultos al presidente.
Luego en la desconcentración: el absurdo.
Los encargados del futbol intentaron "no se entiende que" al acercarse al alambrado para ¿dialogar? con un puñado de hinchas que descargaban su bronca.
La efusividad de algunos fue directamente proporcional al grado de involucramiento político interno.
Luego en la calle más gritos y los caballos de la infantería reposicionados para disuadir.
Un final de tarde que combinó la desilusión de una "alegría que no fue" con la oportunidad ideal para manifestar la desaprobación por la actual campaña, la falta de Asambleas y Balances, las cuentas poco claras con la venta de jugadores, faltantes de dinero (¿robo?), denuncias en la IGJ y la renuncia del Manager (JG) que nunca parece haber asumido.
Simultáneamente a este proceso, se está dando otro: el futbolístico.
Lucas Sparapani va a seguir apostando sus cartas, las mismas que ya le dieron resultados.
Hace un mes nadie hubiera imaginado que Joel Orlando iba a marcar su primer gol en la Primera, tampoco que Tiziano Dornell iba a ser el jugador más desequilibrante de la delantera Tricolor.
También la sumatoria de minutos de Gianfranco Joannaz que lo proyectan a ocupar otra plaza desde el semillero.
El camino que arrancó hace 7 fechas y con menos de dos meses de trabajo ya dio resultados: El DT "fabricó" tres jugadores nuevos por cero peso.
Respecto al juego se notó un crecimiento lento pero sostenido.
Un mejoramiento futbolístico que alcanzó su máximo nivel en el primer tiempo del último partido frente a Gimnasia de Mendoza.
Algunos decían en ese entretiempo "si el equipo jugara siempre así estamos para pelear el torneo" y la verdad es que no parecía exagerado.
Es cierto que en el complemento se agotaron las piernas de los que más corren (¿Cómo está físicamente el plantel?) y cuando hubo que recurrir al banco las alternativas no sobraron.
Paradoja: un plantel amplio pero que no ofrece sustituciones sintetiza la principal falencia de este equipo.
Seguramente no alcanzarán las cuatro plazas para "rearmar" un plantel con mucha cantidad de jugadores, poca calidad y escasas variantes en puestos claves.
Será vital para el futuro como se usará este recurso de mitad de campeonato.
Todos saben que, a pesar de ser un mercado complicado, no hay margen para errores.
Sparapani sabe donde se metió, tiene espalda para bancarla, pero de cara a un torneo que finalizará cerca de las elecciones presidenciales y teniendo en cuenta el "canibalismo habitual" que se apodera del Club Almagro cada vez que cambia sus autoridades, no quedará exento del fenómeno.
Suele decirse que muchas veces que "el árbol tapa al bosque"...
Aquí necesitamos invertirlo.
Ojalá el trabajo de Lucas Sparapani no quede empañado por el caos institucional.
Ojalá su árbol crezca alto y fuerte de manera tal que no quede tapado por el bosque.